Yo manejaba un camión dentro y fuera de la capital, un día venia de Cobán de haber dejado producto. Venía acompañado por una persona que me ayudaba a descargar.
Ya era de noche y tarde, estábamos cansados y no sabíamos que hacer así que en el camino encontramos un lugar en donde podía parquear el camión y podíamos descansar.
Entonces me fui a la parte de atrás del camión y me subí en el furgón, acomode unas tarimas y me acomode a descansar, el ayudante se acomodo en el cabina, al cabo de unos 15 minutos nos estábamos quedando profundamente dormidos, cuando de repente sentí que me agarraron del cuello y cuando quise levantarme no podía, quería ver que era pero no veía nada, pasaron segundos pero yo sentí que fueron minutos. Cuando me pude levantar fui a ver al ayudante el salió corriendo de la cabina cuando nos pusimos hablar nos dimos cuenta que a los dos nos había pasado lo mismo, pensamos que no era nada que había sido el viento o algo por el estilo.
Nos tranquilizamos y volvimos a dormir, yo tenía una arma para cualquier cosa que nos pasara en el camino, cuando estábamos dormidos de nuevo, nos volvió a suceder, cuando yo buscaba el arma que tenía en la cintura no la tenía, solo podía sentir estuche del arma pero no estaba, cuando de repente me soltaron y pude levantarme vi como una sombra negra salía del furgón, desapareciendo en el bosque. Mi compañero y yo nos asustamos mucho y mejor decidimos seguir con nuestro camino, nos movimos casi 1 kilómetro, pasamos un puente después de eso nos volvimos a estacionar y pudimos dormir tranquilos. Muchas personas al contar la historia me dicen que los bosques tienen su dueño, y que muchas cosas suceden en esos lugares y que por eso hay que tener cuidado en los lugares que uno va.
Historia de Noé Hernández
¿Te ha sucedido algo como esto?